30/4/10

DE VUELTA A LA ERA DEL MULTIPOLARISMO??

Sigo haciendo limpieza de escritorio (estoy esperando que empiece una conferencia en un lugar con wi-fi y una pc... buenísimo!) y encontré este análisis sobre las relaciones entre USA, Rusia y China. RECOMENDABLE y muy en línea con las ideas de Drezner!

"Status Seekers: Chinese and Russian Responses to U.S. Primacy"

Journal Article, International Security, volume 34, issue 4, pages 63-96. Spring 2010.  
Authors: Deborah Welch Larson, Alexei Shevchenko
Belfer Center Programs or Projects: Quarterly Journal: International Security
The United States needs support from other states to carry out global governance, particularly from rising powers such as China and Russia. Securing cooperation from China and Russia poses special problems, however, because neither state is part of the liberal Western community, ruling out appeals to common values and norms. Nevertheless, an alternative approach that is rooted in appreciation of China's and Russia's heightened status concerns may be viable. Since the end of the Cold War, Chinese and Russian foreign policy has been shaped by the goal of restoring both countries' great power status, which received major blows after China's Tiananmen Square repression and the Soviet Union's breakup and loss of empire. This desire for status can be explained by social identity theory, which argues that social groups strive for a distinctive, positive identity. Social identity theory provides a typology of strategies that states may use to enhance their relative status and suggests appropriate responses to status concerns of rising powers. Redirecting scholarly attention to status considerations and incentives could contribute to a diplomatic strategy for engaging rising powers.

QUIEN CONTROLA A LOS QUE QUIEREN CONTROLAR INTERNET

... y la respuesta es GOOGLE!!
Comparto un post genial tomado del Blog de Enrique Dans:
"Lo que piden los gobiernos"
oogle pone en marcha Government Requests, una página destinada a hacer públicas todas las peticiones recibidas de gobiernos, agencias gubernamentales y cuerpos de seguridad de todo el mundo, tanto solicitudes de datos personales como peticiones de eliminación de contenidos, ordenadas por jurisdicción. En algunos casos hablamos de peticiones plenamente justificadas por cuestiones como la investigación de delitos o la persecución de cuestiones como la pornografía infantil, pero esto no es necesariamente así en todos los casos.
La iniciativa pretende dar total transparencia a las relaciones en este sentido entre Google y los diferentes gobiernos, ha publicado por el momento los datos correspondientes a la segunda mitad del año 2009, y pretende actualizarse cada seis meses. La política de Google con respecto a la retirada de información, el contenido controvertido y la libertad de expresión aparece detallada en su entrada titulada Controversial content and free expression on the web: a refresher.
Los datos resultan interesantes a la hora de estimar el nivel de intervencionismo en la red de los diferentes países, en temas que se asocian claramente con conceptos como la privacidad, la censura o la libertad de expresión: en España, la compañía recibió trescientas veinticuatro peticiones de datos personales y treinta y dos de eliminación de contenidos, y de estas últimas atendió total o parcialmente diecisiete de ellas. Las peticiones de eliminación de contenidos correspondieron en cinco casos a Blogger (tres de ellas por orden judicial),  doce a búsquedas en la web (una por orden judicial), y quince a YouTube (cuatro de ellas por orden judicial). Hasta el momento, la compañía intentaba aplicar una política de total transparencia a la hora de informar sobre este tipo de intervenciones. Ahora, además, preocupada por el incremento por parte de gobiernos de todo el mundo de este tipo de actividades de censura, bloqueo directo y filtrado de páginas web, órdenes judiciales que limitan el acceso a la información, y legislación que obliga a las empresas a auto-censurar su contenido, lo hará de manera pública en la web, en consistencia con la Global Network Initiative, de la que la compañía forma parte.

REGÍMENES EN CRISIS

Haciendo limpieza de bandeja de entrada encontré estos dos artículos que hablan sobre conferencias / encuentros / propuestas para revitalizar / reformar dos regímenes bien diferentes: el de control de las armas y tecnologías nucleares y el de control de las finanzas internacionales.
Les paso los links para los interesados.
Sistema financiero - Faulty Basel
Armas nucleares - How to react to a reactor

QUIÉNES MERECEN SER "ESTADO"

Durante la Guerra Fría el tema estaba más que claro: los pueblos tenían derecho a autodeterminarse y a sacudirse el yugo colonial para constituir su propio Estado. Pero con el fin de este proceso y el advenimiento de la globalización la cuestión se complicó: ahora hasta el más mínimo grupúsculo étnico / cultural / lingüístico, etc reclama el derecho a constituir su propio Estado. El lema "a cada Estado una Nación y a cada Nación un Estado" parece estar más vivo que nunca, y eso que nos la pasamos diciendo que "el Estado está en decadencia".
Para ilustrar este debate va un ejemplo... miren lo que pasó con KOSOVO.

MAS SOBRE RSE

Encontré este interesante artículo de Foreign Affairs sobre el rol de diferentes actores (Estados, OI, Empresas y ONG's) en la promoción de la igualdad de género en los países en desarrollo. Para quienes quieran seguir ahondando el tema de RSE y actores... se los dejo.

The Global Glass Ceiling - Why empowering women is good for business
Isobel Coleman - Foreign Affairs

Over the last several decades, it has become accepted wisdom that improving the status of women is one of the most critical levers of international development. When women are educated and can earn and control income, a number of good results follow: infant mortality declines, child health and nutrition improve, agricultural productivity rises, population growth slows, economies expand, and cycles of poverty are broken.But the challenges remain dauntingly large. Narrowing that gulf demands more than the interest of the foreign aid and human rights communities, which, to date, have carried out the heavy lifting of women's empowerment in developing countries, funding projects such as schools for girls and microfinance for female entrepreneurs. It requires the involvement of the world's largest companies. Not only does the global private sector have vastly more money than governments and nongovernmental organizations, but it can wield significant leverage with its powerful brands and by extending promises of investment and employment. Some companies already promote initiatives focused on women as part of their corporate social-responsibility programs -- in other words, to burnish their images as good corporate citizens. But the truly transformative shift -- both for global corporations and for women worldwide -- will occur when companies understand that empowering women in developing economies affects their bottom lines. (VER MÁS)

23/4/10

¿Quién manda en Internet?

Agradecemos a Mercedes Stampalija que nos acercó este artículo publicado en el diario El País.

¿Quién manda en la Red? Las empresas de telefonía y cable ofrecen conexiones a Internet de pago. Los proveedores de contenidos, como Google o Yahoo, aportan la información, financiándose con la venta de publicidad. Los usuarios pagan por su acceso a la Red y, con sus visitas, generan tráfico e incrementan los ingresos publicitarios. En esta cadena de servicios, ¿quién gestiona el tráfico online? ¿Quién tiene el derecho de aligerar o ralentizar las conexiones? ¿De quién es Internet?


- Obama ha tomado partido por las empresas de contenidos
- Alierta se despachó contra los buscadores por el uso gratuito de la red telefónica
- Expertos alertan de que Microsoft y Google actúan como un 'lobby'
- No se trata sólo de transparencia; detrás están los fines comerciales

De momento, quienes pueden gestionar físicamente la Red son los proveedores de Internet. En España, lo hacen empresas como Telefónica, que ofrecen conexiones y cobran por ellas. Con la generalización de la Red, esos proveedores denuncian que se les niega una oportunidad de negocio: los usuarios usan Internet como desean, los proveedores de contenidos se enriquecen a sus expensas, y pese a ello, sus ingresos se mantienen planos.

Ese enfado lo expresó el presidente de Telefónica, César Alierta, en febrero. "Es evidente que los buscadores de Internet utilizan nuestra red sin pagar nada, lo cual es una suerte para ellos y una desgracia para nosotros. Pero también es evidente que esto no puede seguir. Las redes las ponemos nosotros; los sistemas los hacemos nosotros; el servicio posventa lo hacemos nosotros. Esto va a cambiar, estoy convencido", dijo.

El Gobierno de Francia ha lanzado una consulta popular para recabar la opinión de la ciudadanía al respecto, y Bruselas espera debatir un modelo para Europa antes de verano.

Alierta representa los intereses de los proveedores de conexión, quienes no sólo piden que se cobre a las empresas de contenidos. También reclaman la capacidad de gestionar sus redes, aunque suponga cierta discriminación contra ciertos usuarios. Hay ya un pronunciamiento judicial sobre el asunto en Estados Unidos. El 6 de abril, un tribunal sentenció que el Gobierno no tiene derecho a obligar a las empresas de telefonía y cable a que sean neutrales a la hora de tratar a sus clientes. Es decir, un proveedor (como Telefónica o, en EE UU, Comcast) tiene el derecho a discriminar a un usuario que use programas que ocupen mucho ancho de banda.

Comcast, la mayor operadora de cable de EE UU, comenzó en 2007 a ralentizar el tráfico de usuarios que ejecutaran frecuentemente programas de intercambio de archivos P2P. Uno de ellos, Raam Dev, de 28 años, hizo una prueba con su conexión. Era cliente de Comcast desde hacía cuatro años. Comenzó a utilizar el programa de intercambio de archivos BitTorrent y notó una gran ralentización. Decidió usar un programa para medir la velocidad de las descargas. Pasaron de 18.878 a 4.500 Kbps [kilobits por segundo], después de que se bajara un archivo legal a través de un torrent

[programa de acceso a páginas de descarga].

"Repetí el experimento una media docena de veces", explica. "En cada ocasión, mi conexión se ralentizó de forma considerable, después de que pasara unos cuatro o cinco minutos descargando de un torrent, y luego regresaba a la normalidad después de 20 o 25 minutos". Hace años que dejó de ser cliente de Comcast, pero sigue indignado por esa política. "Es como si la compañía telefónica distorsiona las llamadas cuando sus clientes hablan de asuntos que a la firma no le gustan. Es absurdo".

Lo mismo opina la agencia del Gobierno que regula las comunicaciones de EE UU, la Federal Communications Commission (FCC), que en 2008 amonestó verbalmente a Comcast por ralentizar según qué tráfico. El entonces presidente de la Comisión, Kevin Martin, dijo: "¿A alguien le agradaría que el servicio de correos abriera su correspondencia y decidiera que no quiere molestarse en entregarla, devolviéndosela al remitente con la excusa de no haber encontrado al destinatario?".

Comcast se justificó diciendo que esas medidas correspondían a una mera "gestión de la red". "La gran mayoría de los 9.000 millones de protocolos de control de transmisión de redes P2P que se dan en la red de Comcast no se ven afectados por esa medida", explicó Sena Fitzmaurice, portavoz de la firma. "Sólo entre un 6% y un 7% de nuestros clientes utilizan P2P semanalmente".

A lo largo de los años, se han creado dos bandos en la batalla por la neutralidad en Internet. Por un lado, las empresas proveedoras de contenido online, como Google, Amazon o Skype, apoyadas por la Administración Obama. Por otro, Comcast y los otros grandes proveedores, como Verizon o AT&T, que consideran que la infraestructura es suya y pueden hacer lo que quieran.

Hasta los padres fundadores de Internet se significaron, mandando, en octubre, una carta abierta a la FCC. "Creemos que las propuestas de neutralidad en la Red de no discriminación y transparencia son componentes imprescindibles de una agenda de políticas públicas centrada en la innovación que necesita esta nación", dijeron, entre otros, Vint Cerf, el vicepresidente de Google.

Durante meses, la batalla parecía favorable a un bando. La neutralidad en la Red se imponía. Hasta tal punto que el pasado 22 de octubre la FCC presentó sus principios para lograr la neutralidad total de Internet. Entre sus más novedosas propuestas, tres: que los proveedores de Internet no puedan impedir que los usuarios compartan información legal en la Red; que respeten la libre competencia entre proveedores de contenidos, sin favorecer a unos u otros, y que informen al Gobierno y a sus clientes de cómo gestionan sus redes.

Obama dijo, días después, que no podía estar más de acuerdo. "Ese es el papel del Gobierno: invertir para incentivar la innovación e imponer normas de sentido común que aseguren que existe un campo de juego nivelado".

El ascenso de la neutralidad parecía inevitable, hasta que el pasado día 6 un juzgado de Washington sentenció que el Gobierno no tiene derecho a dictar a los proveedores de banda ancha cómo deben gestionar sus redes, y que FCC se había excedido en sus competencias. Hay un motivo principal para ello: según la ley de telecomunicaciones de 1996, Internet es un servicio de información, no de telecomunicaciones. La FCC sólo puede regular servicios de telecomunicaciones (telefonía, emisión de radio, satélite, cable coaxial).

Las firmas telefónicas y de cable se han felicitado por esta victoria legal. Ni el Gobierno ni la FCC han reaccionado todavía. Los líderes demócratas en el Congreso, sí. Y han anunciado que intentarán reclasificar Internet y ponerlo en la categoría de la telefonía. Entre ellos, el senador por Massachusetts, John F. Kerry: "La FCC debe tener autoridad legal al respecto y un cambio semejante sería coherente con la historia de las telecomunicaciones en EE UU".

"Más bien al contrario", opina el investigador asociado a la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford Larry Downes. "Si el Gobierno gana la capacidad de regular Internet, puede imponer tarifas y precios, lastrando el mercado. Ese tipo de regulación se aplicaba el siglo pasado, cuando había un monopolio legal en la telefonía, algo que sucedió hasta 1984. Además, implica que los Gobiernos estatales y locales pueden imponer también impuestos y tarifas, haciendo que los servicios se encarezcan".

"¿Si algo funciona, por qué tocarlo?", explica Downes. "A pesar de esos casos aislados, Internet funciona de forma imparcial. Desde nuestras conexiones, podemos acceder a cualquier web del mundo, siempre que no haya censura. Es anacrónico que el Gobierno federal quiera erigirse como un policía de la Red, intentando solucionar un problema antes de que exista".

Por motivos comerciales, lo mismo opinan los proveedores. En febrero, dos de las grandes operadoras, AT&T y Verizon, redactaron una carta abierta en la que decían que reclasificar los servicios de Internet sería una medida "extremista". "Este drástico giro en la normativa sería insostenible legalmente, y, como mínimo, hundiría a la industria en años de litigios y caos regulatorio". Era un aviso.

El caso de Comcast es, sin embargo, aislado. Ese tipo de ralentización o bloqueo de las conexiones sólo ha ocurrido con otra empresa, Madison River Communications, en 2005. "El riesgo de que una compañía ralentice el tráfico de sus usuarios está siendo exagerado", opina Robert Litan, economista y abogado del centro Brookings de Washington. "El mercado de Internet en EE UU es muy competitivo. Las empresas ofrecen servicios cada vez mejores por precios cada vez más módicos. Sólo por la mala publicidad que conlleva, es poco probable que Comcast vuelva a acometer una medida semejante".

Entonces, ¿es éste un debate meramente teórico? ¿Es algo que sólo vaya a definir cómo los ciudadanos navegan por la Red? Los proveedores de conexión y muchos analistas opinan que no, y apuntan hacia un sector específico que ha abierto el debate y que se beneficiará de una normativa como la propuesta por Obama: las firmas que ofrecen contenidos, como Google, Microsoft, Yahoo o Amazon. Puede, dicen, que ese angélico apoyo a la neutralidad, la libertad, la transparencia en Internet esconda intereses comerciales.

"Las empresas que crean aplicaciones, como Google, Amazon o Ebay, son las grandes beneficiarias de la neutralidad", explica Downes, de Stanford. "Con estas iniciativas, se aseguran, de forma preventiva, que ganarán la mano a los proveedores de conexión. En realidad funcionan como un lobby: fuerzan un tipo de legislación para beneficiarse de ella. Pero lo cierto es que el control gubernamental de la Red sólo perjudicaría a la competitividad en el mercado. ¿Qué interés tienen las empresas de cable y telefonía en mejorar las infraestructuras si no pueden obtener un beneficio adicional por ello?". Es decir, si Google y otros pagan por usar la Red, Comcast y Telefónica tendrán más incentivos para mejorar sus infraestructuras, beneficiando finalmente al usuario.

Las organizaciones ciudadanas que abogan por la imposición de una neutralidad lo hacen citando otras posibles consecuencias. "Entendemos que las empresas quieran hacer dinero", explica Liz Rose, portavoz de Free Press, que demandó a Comcast en 2007, por el caso que ahora se ha fallado en Washington. "Lo que queremos es que los consumidores tengan derechos. Ninguna empresa telefónica o de cable debería censurar lo que los internautas comunican a sus amigos. Según están las cosas hoy, puede hacerlo. Comcast no debería ser capaz de censurar creencias políticas en la Red y lo es. No debería ser capaz espiar las comunicaciones de sus usuarios y vender la información a empresas publicitarias".

La mención de la publicidad no es casual. Y puede que, eventualmente, el debate de la neutralidad en la Red se centre en los ingresos por publicidad. Comcast está en una posición comprometida. En diciembre, General Electric anunció su intención de venderle parte del conglomerado multimedia NBC. Eso significa que la mayor operadora de cable del país dispondrá también de una gran plataforma de contenidos que incluye cadenas televisivas como NBC, Bravo o SyFy.

Con esto, si Comcast decide priorizar un tráfico en sus redes sobre otro, y si tiene el derecho de hacerlo, ¿quién le impide hacer que el contenido de sus canales y sus web se cargue más rápido que las de la competencia y obtener más ingresos por publicidad?

En este delicado equilibrio que es la arquitectura comercial de la Red, el concepto de neutralidad es tan complejo como cambiante. Dice servir a los ciudadanos, pero no es un asunto, exclusivamente, de libertades civiles. Se apoya en unos intereses económicos subyacentes. En medio de la polémica, EE UU puede erigirse como un paradigma de intervención gubernamental, algo que no sucede muy a menudo.

21/4/10

RSE - ARTÍCULO RECOMENDADO

Mercedes Stampalija recomendó el siguiente artículo que salió publicado en La Nación y está relacionado con la clase de responsabilidad social:
Compromiso en toda la cadena de valor.
En particular, destaca la columna de Beatriz Baillán titulada Una apuesta a la RSE.

ENTREVISTA A ULRICH BECK - por Stampalija y Ojea

Subo el primer trabajo que recibí: es el de Rosario Ojea y Mercedes Stampalija.

ENTREVISTA A ULRICH BECK - Globalidad y Cosmopolitismo (ir al texto original)
La globalización, según el entrevistado, Ulrich Beck, es pensada demasiado linealmente. Él sostiene que debe ser considerada un proceso dialéctico que no relega a la localidad, sino que la abraza en su seno. Es decir, la globalización se expresa también en las relaciones sociales cotidianas. Por ello, el sociólogo en cuestión prefiere la utilización del término “glocalidad”, el cual incluye la existencia de nuevas tendencias que están propagándose a nivel mundial, y la reflexión que de este hecho, vivenciado como parte de la rutina, hacen las personas en diversos contextos locales.
En opinión de Beck, entonces, la noción de globalización es un concepto muy general. Se suele aplicar mayormente al ámbito económico. Sin embargo, Beck aclara que sería más adecuado hablar de una regionalización. Para ejemplificar esto, menciona las interdependencias en los continentes europeo y asiático.
Beck también se refiere a la esfera cultural. Aquí hablar de globalización es aún menos apropiado. Ocurre que las sociedades conciben al otro como alguien culturalmente diferente. No obstante, Beck señala que esta realidad dejará de ser factible, debido a que en la actualidad todos los que habitamos este mundo estamos viviendo un presente simultáneo. Si bien el pasado o la historia de cada país pueden diferir y probablemente el futuro también sea distinto para cada uno de ellos, es innegable que tenemos un presente común, nos agrade o no que así sea. Esta situación del presente simultáneo, aludiendo a la validez caduca de las fronteras, es una novedad que, según Beck, debe ser asumida.
Beck también comenta acerca del cosmopolitismo. Éste envuelve la idea del reconocimiento del otro y de nuestra conducta con respecto a ese otro. Se encuentra en estrecha relación con los nuevos medios de comunicación, que posibilitan contactos simultáneos entre seres humanos que se hallan separados por grandes distancias.
Beck remarca una ambivalencia. Los puestos laborales son intercambiables a nivel mundial. Es decir, la proximidad con gente perteneciente a otra cultura no es elegida ni buscada, pero debe ser aceptada.
En cuanto a la cultura de masas, Beck afirma que la misma se ha extendido más allá de los límites impuestos por las fronteras nacionales. A modo de ejemplo, nombra al consumo. Pero remarca la equivocación de creer que la cultura de masas implica homogeneización. En el ámbito de la cultura, es necesario incorporar el término “criollización”. Las culturas locales se unen para formar algo nuevo en lo global, dice Beck.
Abordando el caso puntual de Europa, es posible hablar de valores que se comparten a lo largo del territorio continental. Y Beck incluso da un paso más adelante: se puede asegurar que esos principios valederos en Europa, lo son también en Occidente. Por ejemplo, la economía de mercado y los derechos fundamentales. Sin embargo, no resulta suficiente que haya criterios compartidos, sino que se debe también focalizar la atención en los procedimientos mediante los cuales tratar el reconocimiento del otro. Un consenso en los métodos es de crucial importancia.
Frente a la crisis de identidad europea, Beck sugiere una Europa de las regiones culturales. En palabras de él, Europa es una poligamia de culturas, lo cual indica que podemos amar las distintas culturas europeas de forma plural.
Por eso considera importante la existencia de una narración que pueda explicar lo que es Europa en su día a día y la enseñanza de una Historia o una Literatura Europea. Esto llevaría acomplejado, por ejemplo, el hecho de no ver al otro como algo que te pone en peligro, sino que hay que verlo como algo que te enriquece.
El entrevistado destaca que uno de los pasos importantes para lograr una democracia europea, es crear una opinión pública europea, que se podría garantizar realizando no un referéndum a nivel nacional, sino que tendría que ser una campaña electoral a nivel europeo que obtenga simultáneamente la opinión de todos acerca de algún tema, como puede ser la Constitución Europea. Desde esta perspectiva, Beck comenta que abogaría por la creación de un partido político no nacional exclusivamente europeo. Considera, también que en el contexto nacional, también son necesarios partidos cosmopolitas que tengan su raíz nacional y al mismo tiempo defiendan Europa.
En cuanto a la Sociedad del Riesgo el sociólogo considera que el desarrollo industrial no regulado por el sistema político produce nuevos riesgos de una magnitud incalculable, imprevisibles e incontrolables por la sociedad actual. Po eso al intentar controlar estos riesgos se crean mayores inseguridades, las llamadas “inseguridades fabricadas”.
Beck da el ejemplo de las catástrofes climáticas, él cree que este hecho tiene algo de natural pero que se considera como un fenómeno producido por el ser humano; consecuencia esto de que poseemos una naturaleza industrializada que hace que tomemos responsabilidades en ese ámbito. A modo de reflexión, ve que las soluciones técnicas no serán suficientes como un intento de controlar los nuevos riesgos, y que además, estos riesgos no pueden afrontarse desde los Estados Nación por cuanto trascienden sus fronteras. Ello implica que surge objetivamente una comunidad mundial, que falta -y será necesario- construir de forma política. La sociedad del riesgo implica una serie de cambios que pintan un paisaje de la actualidad e invitan a reflexionar.
También realiza una comparación entre esta Sociedad del Riesgo y la Sociedad del Conocimiento, y llega a la conclusión de que solo los mejores expertos se dan cuenta que no se pueden conocer las consecuencias de una acción y que solo a posteriori se las va a poder reconocer. En palabras de él “la cuota del no saber ocupa un espacio cada vez más grande”.
Para finalizar el sociólogo plantea que se necesitan conceptos e instituciones que hagan el intento de anticipar las consecuencias de las distintas decisiones y luego integren esos nuevos conocimientos en la misma decisión.
Una alternativa que propone Beck, es conducirse según un criterio de sostenibilidad, es decir reflexionar acerca de las consecuencias de nuestras decisiones teniendo en cuenta a las generaciones futuras.
Por ultimo plantea que hay que llegar a compromisos y consensos nuevos. Destacando nuevamente el fenómeno del cosmopolitismo, hay que integrar a las nuevas generaciones, pero también a las otras culturas.

20/4/10

ANÁLISIS DE RIESGOS

Finalmente subo el artículo del que tanto hablamos: Hardly Existential de John Mueller y otros autores.
Foreign Affairs tiene la 'mala' costumbre de transformar sus artículos en pagos al cabo de un tiempo, así que copio todo el texto para los interesados.

April 2, 2010 - SNAPSHOT
Hardly Existential - Thinking Rationally About Terrorism
John Mueller and Mark G. Stewart
An impressively large number of politicians, opinion makers, scholars, bureaucrats, and ordinary people hold that terrorism -- and al Qaeda in particular -- poses an existential threat to the United States. This alarming characterization, which was commonly employed by members of the George W. Bush administration, has also been used [3] by some Obama advisers, including the counterterrorism specialist Bruce Riedel. Some officials, such as former U.S. Secretary of Homeland Security Michael Chertoff, have parsed the concept further, declaring [4] the struggle against terrorism to be a "significant existential" one.
Over the last several decades, academics, policymakers, and regulators worldwide have developed risk-assessment techniques to evaluate hazards to human life, such as pesticide use, pollution, and nuclear power plants. In the process, they have reached a substantial consensus about which risks are acceptable and which are unacceptable. When these techniques are applied to terrorism, it becomes clear that terrorism is far from an existential threat. Instead, it presents an acceptable risk, one so low that spending to further reduce its likelihood or consequences is scarcely justified.
An unacceptable risk is often called de manifestis, meaning of obvious or evident concern -- a risk so high that no "reasonable person" would deem it acceptable. A widely cited de manifestis risk assessment comes from a 1980 United States Supreme Court decision [5] regarding workers' risk from inhaling gasoline vapors. It concluded that an annual fatality risk -- the chance per year that a worker would die of inhalation -- of 1 in 40,000 is unacceptable. This is in line with standard practice in the regulatory world. Typically, risks considered unacceptable are those found likely to kill more than 1 in 10,000 or 1 in 100,000 per year.
At the other end of the spectrum are risks that are considered acceptable, and there is a fair degree of agreement about that area of risk as well. For example, after extensive research and public consultation, the United States Nuclear Regulatory Commission decided [6] in 1986 that the fatality risk posed by accidents at nuclear power plants should not exceed 1 in 2 million per year and 1 in 500,000 per year from nuclear power plant operations. The governments of Australia, Japan, and the United Kingdom have come up with similar numbers for assessing hazards. So did a review [7] of 132 U.S. federal government regulatory decisions dealing with public exposure to environmental carcinogens, which found that regulatory action always occurred if the individual annual fatality risk exceeded 1 in 700,000. Impressively, the study found a great deal of consistency among a wide range of federal agencies about what is considered an acceptable level of risk.
There is a general agreement about risk, then, in the established regulatory practices of several developed countries: risks are deemed unacceptable if the annual fatality risk is higher than 1 in 10,000 or perhaps higher than 1 in 100,000 and acceptable if the figure is lower than 1 in 1 million or 1 in 2 million. Between these two ranges is an area in which risk might be considered "tolerable."
These established considerations are designed to provide a viable, if somewhat rough, guideline for public policy. In all cases, measures and regulations intended to reduce risk must satisfy essential cost-benefit considerations. Clearly, hazards that fall in the unacceptable range should command the most attention and resources. Those in the tolerable range may also warrant consideration -- but since they are less urgent, they should be combated with relatively inexpensive measures. Those hazards in the acceptable range are of little, or even negligible, concern, so precautions to reduce their risks even further would scarcely be worth pursuing unless they are remarkably inexpensive.
If the U.S. Department of Homeland Security wants to apply a risk-based approach to decision-making, as it frequently claims it does, these risk-acceptance criteria seem to be most appropriate. To this end, the table below lists the annual fatality risks for a wide variety of these dangers, including terrorism.
As can be seen, annual terrorism fatality risks, particularly for areas outside of war zones, are less than one in one million and therefore generally lie within the range regulators deem safe or acceptable, requiring no further regulations, particularly those likely to be expensive. They are similar to the risks of using home appliances (200 deaths per year in the United States) or of commercial aviation (103 deaths per year). Compared with dying at the hands of a terrorist, Americans are twice as likely to perish in a natural disaster and nearly a thousand times more likely to be killed in some type of accident. The same general conclusion holds when the full damage inflicted by terrorists -- not only the loss of life but direct and indirect economic costs -- is aggregated. As a hazard, terrorism, at least outside of war zones, does not inflict enough damage to justify substantially increasing expenditures to deal with it.
Because they are so blatantly intentional, deaths resulting from terrorism do, of course, arouse special emotions. And they often have wide political ramifications, as citizens demand that politicians "do something." Many people therefore consider them more significant and more painful to endure than deaths by other causes. But quite a few dangers, particularly ones concerning pollution and nuclear power plants, also stir considerable political and emotional feelings, and these have been taken into account by regulators when devising their assessments of risk acceptability. Moreover, the table also includes another kind of hazard that arouses strong emotions and is intentional -- homicide -- and its frequency generally registers, unlike terrorism, in the unacceptable category.
In order to deal with the emotional and political aspects of terrorism, a study [8] recently conducted for the U.S. Department of Homeland Security suggested that lives lost to terrorism should be considered twice as valued as those lost to other hazards. That is, $1 billion spent on saving one hundred deaths from terrorism might be considered equivalent to $1 billion spent on saving two hundred deaths from other dangers. But even with that generous (and perhaps morally questionable) bias, or even with still more generous ones, counterterrorism expenditures fail a standard cost-benefit assessment.
Politicians and bureaucrats do, of course, face considerable political pressure to deal with terrorism, but that does not relieve them of their responsibility to expend public funds wisely. If they feel they cannot do so, they should resign or forthrightly admit that they are being irresponsible -- or they should have refused to take the job in the first place. Moreover, although political pressures may force unwise actions and expenditures, they usually do not dictate the precise amount of money spent. The United Kingdom, which seems to face a considerably greater internal threat from terrorism than the United States, nonetheless spends only half as much per capita on homeland security -- at no notable cost to the tenure of its politicians and bureaucrats.
And certainly nothing relieves politicians and bureaucrats of their responsibility to inform the public about the risk that terrorism actually presents. But just about the only official who has ever openly tried to do so is New York's Mayor Michael Bloomberg, who, in 2007, remarked [9] that people have a greater chance of being hit by lightning than being struck by terrorism -- an observation that, as the table suggests, is a bit off the mark but roughly sound. Bloomberg, it might be noted, is still in office.
To border on becoming unacceptable by established risk conventions -- that is, to reach an annual fatality risk of 1 in 100,000 -- the number of fatalities from terrorist attacks in the United States and Canada would have to increase 35-fold; in Great Britain (excluding Northern Ireland), more than 50-fold; and in Australia, more than 70-fold. For the United States, this would mean experiencing attacks on the scale of 9/11 at least once a year, or 18 Oklahoma City bombings every year.
For this to come about, terrorists would probably have to acquire nuclear weapons, the likelihood of which is highly questionable [10]. If that fear is deemed viable, however, the policy implications would be to spend entirely, or almost entirely, on dealing with that limited concern. Massive expenditures to protect "critical infrastructure," for example, are unlikely to be effective against a nuclear explosion.
In fact, there is little evidence that terrorists are becoming any more destructive, particularly in the West. Some analysts [11] have found that, if anything, terrorist activity is diminishing, at least outside of war zones.
As a hazard to human life in the United States, or in virtually any country outside of a war zone, terrorism under present conditions presents a threat that is hardly existential. Applying widely accepted criteria established after much research by regulators and decision-makers, the risks from terrorism are low enough to be deemed acceptable. Overall, vastly more lives could have been saved if counterterrorism funds had instead been spent on combating hazards that present unacceptable risks.
This elemental observation is unlikely to change anything, however. The cumulative increased cost of counterterrorism for the United States alone since 9/11 -- the federal, state, local, and private expenditures as well as the opportunity costs (but not the expenditures on the wars in Iraq or Afghanistan) -- is approaching $1 trillion. However dubious and wasteful, this enterprise has been internalized [12], becoming, in Washington parlance, a "self-licking ice cream cone," and it will likely last as long as terrorism does. Since terrorism, like crime, can never be fully expunged, the United States seems to be in for a long and expensive siege.
UPDATE (April 12, 2010): A number of readers take issue with the conclusions we draw from the data on terrorism. Our article seeks to establish that terrorism "under present conditions" hardly represents an existential threat to the United States, a characterization that is still being applied. Therefore, spending to "further reduce" terrorism's likelihood or consequences is scarcely justified. However, our conclusions can also be used to question past spending. Those who think that counterterrorism measures are the reason for the low terrorism risk need to demonstrate that such efforts have deterred, derailed, or disrupted attacks that would otherwise have resulted in the deaths of more than 3,000 people in the United States every year. Only in that case would terrorism begin to present a risk deemed "unacceptable" by conventional standards. But even if all the (mostly embryonic) terrorist plots exposed since 9/11 had been successfully carried out, their likely consequences would have been far less severe. Indeed, both before and after 2001, the total number of people killed by terrorists outside (and sometimes within) war zones generally registers far below that number. Also relevant: the United Kingdom seems to be about as secure from terrorism as the United States while spending proportionately half as much on its counterterrorism efforts.

Copyright © 2002-2010 by the Council on Foreign Relations, Inc. All rights reserved.
Published on Foreign Affairs.
Links:
[1] http://polisci.osu.edu/faculty/jmueller
[2] http://www.newcastle.edu.au/research-centre/cipar/staff/mark-stewart.html
[3] http://www.pbs.org/newshour/bb/asia/july-dec09/afghanistan3_10-16.html
[4] http://www.nationaljournal.com/pubs/congressdaily/report/tech/march/s080318c.html
[5] http://caselaw.lp.findlaw.com/scripts/getcase.pl?navby=CASE&court=US&vol=448&page=607
[6] http://www.nrc.gov/reading-rm/doc-collections/fact-sheets/reactor-risk.html
[7] http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/es00159a001
[8] http://www.bepress.com/jhsem/vol7/iss1/14/
[9] http://wcbstv.com/topstories/Terrorism.New.York.2.244966.html
[10] http://www.icnnd.org/research/Mueller_Terrorism.pdf
[11] http://www.humansecuritybrief.info/index.html
[12] http://www.the-american-interest.com/article.cfm?piece=418

16/4/10

RELACIÓN BILATERAL: PERCEPCIONES E INDICADORES

Vinculado al tema que conversábamos la última clase (redefinición de la seguridad en función de la percepción de las amenazas) comparto esta interesante editorial del embajador brasilero en Argentina.

Brasil y Argentina: socios en el camino de la integración

La profundidad y el grado de confianza alcanzado en las relaciones bilaterales les permiten al Brasil y a la Argentina proyectar una visión común de integración regional. Enio Cordeiro Embajador de la República Federativa del Brasil en Argentina.

La relación estratégica entre Brasil y la Argentina es seguramente la más intensa, la más profunda y las más antigua de nuestra historia diplomática. Desde la independencia, la relación bilateral ha transitado por momentos pendulares de rivalidad y cooperación. En la década del 80, con el abandono definitivo de las hipótesis de conflicto entre los dos países, se verificó el movimiento de inflexión en dirección hacia un proyecto común de integración.
Ese proyecto es fruto de la reconstrucción de la democracia en ambos países y de la creación de una mutua confianza a partir de la apertura recíproca de los programas nucleares. Desde entonces se hizo posible superar progresivamente la lógica de la rivalidad por la lógica de la amistad y de la integración.
Ese movimiento promovió, en la agenda bilateral, la transición de los temas de la Cuenca del Plata para la agenda del Mercosur y afirmó, en la política externa de los dos países, la visión del otro, ya no como adversario sino como socio necesario y aliado natural.
El proyecto de integración es hoy día un patrimonio común que forma parte de la misma identidad de ambos países, porque refleja, en el plano gubernamental, una decisión política de acercamiento que encuentra un profundo respaldo en los anhelos comunes de la ciudadanía.
La profundidad y el grado de confianza alcanzado en las relaciones bilaterales les permitieron al Brasil y a la Argentina proyectar una visión común de integración regional, que ganó densidad en el ámbito del Mercosur y de la Unasur. Sin una visión compartida entre el Brasil y la Argentina, no sería posible avanzar en la integración regional.
En un primer plano, la integración regional es el punto de partida para el fortalecimiento de nuestra presencia en el mundo. Sin la articulación de intereses en el ámbito regional, se hace necesariamente menor la capacidad de participación y de influencia de cualquier país en el trato de los distintos temas de la agenda internacional. Ese es el sentido práctico de la integración como instrumento de actuación internacional.
En un segundo plano (y tal vez aún más importante que en el primero), a todo país le hace falta mantener relaciones armoniosas con sus vecinos. Esa es la primera condición de la paz.
El Brasil y la Argentina mantienen, por ello, una visión regional de su proyecto de desarrollo económico y social.
Integrarse es organizar la vecindad alrededor de un proyecto común, agregándole a las relaciones bilaterales una nueva dimensión con base en las realidades propias de dicha vecindad.
Ese propósito determina, en la política externa, el múltiple desafío de actuar simultáneamente en la intensificación de las relaciones bilaterales con los países vecinos, en el fortalecimiento del Mercosur, en la construcción de la Unasur y en la articulación de iniciativas de concertación política y de cooperación entre los países de América del Sur, de América Central y del Caribe.
Las ideas centrales del proceso de integración sudamericana son: 1) promoción del diálogo y concertación política como instrumento para la solución de conflictos y para asegurar la estabilidad institucional y democrática; 2) integración económica y comercial para la promoción de la prosperidad común; 3) integración de la infraestructura física de transportes, energía y comunicaciones; 4) integración ciudadana, para promover mayor acercamiento cultural, libertad de circulación y la construcción progresiva de una verdadera ciudadanía sudamericana; y 5) integración fronteriza, que apoye la transformación de las zonas de frontera en polos de desarrollo y acercamiento.
En todos esos campos cabe destacarse la centralidad de la relación Brasil - Argentina. El entendimiento bilateral es el eje central a partir del cual se proyectan, en círculos concéntricos, los demás ámbitos de articulación regional.
En el plano multilateral, el Brasil y la Argentina alcanzaron, en las últimas décadas, amplia convergencia de posiciones en el trato de los temas de la agenda internacional, como el fortalecimiento de las Naciones Unidas y de las instituciones multilaterales, la promoción de los valores democráticos y de los derechos humanos y la defensa del medio ambiente. Ambos países actúan conjuntamente en el ámbito del G-20 financiero y del G-20 comercial en búsqueda de una regulación más eficaz de las transacciones internacionales y de un régimen más justo y equilibrado en el comercio internacional.
Hay posiciones divergentes que, a pesar de estar presentes, no empañan la relación bilateral. La diferencia más visible, en el plano político, se refiere a la reforma del Consejo de Seguridad. En el momento en el que la reforma se haga posible, el Brasil y la Argentina tendrán que encauzar adecuadamente esa diferencia. Otro tema se vincula con en nivel de intrusión de los instrumentos de verificación en materia nuclear. El Brasil y la Argentina entienden, sin embargo, la necesidad de seguir actuando conjuntamente en ese tema. En las negociaciones comerciales de la OMC, las posiciones argentinas tienen la tendencia de ser más defensivas en bienes industriales.
En el plano bilateral, las relaciones Brasil - Argentina se encuentran en su mejor momento.
Hay una perfecta fluidez de diálogo en todas las áreas, con frecuentes reuniones a nivel presidencial y ministerial que aseguran un acompañamiento adecuado e impulso político a los grandes proyectos de cooperación bilateral.
El Brasil y la Argentina establecieron importantes proyectos de cooperación en sectores estratégicos, incluyendo el área nuclear (proyecto de reactor de investigación, combustibles, empresa binacional, radiofármacos), espacial (satélite de observación costera y oceánica), biotecnología, nanotecnología, farmacopea, industria aeronáutica, industria naval, industria de defensa, infraestructura (nuevos puentes, integración ferroviaria), integración energética (provisión recíproca y aprovechamiento hidroeléctrico binacional), comunicaciones y televisión digital, integración ciudadana, libre circulación y facilitación de residencia, integración financiera y sistema de pagos en moneda local.
Se destaca en el cuadro de las relaciones bilaterales la importancia recíproca y la profundidad de la sociedad económica. El sector privado estableció una importante red de negocios entre ambos países, lo que permite afirmar, con seguridad, que hay mucha más integración entre ambas economías que lo que normalmente parece.
Las inversiones de empresas brasileñas en la economía argentina ya suman, en 2010, un valor acumulado de más de 9,5 mil millones de dólares, en sectores que incluyen exploración, transporte y distribución de petróleo y gas, construcción civil, producción de cemento, industria textil, frigoríficos, industria de alimentos, exploración de minerales, sector automotriz, bancos, transportes aéreos, logística, cosméticos e informática. Empresas brasileñas de construcción civil han ocupado un creciente espacio en las obras de infraestructura con el beneficio de la financiación del BNDES - Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.
Por otro lado, las inversiones de las empresas argentinas en la economía brasileña alcanzaron un total de 3,5 mil millones de dólares en sectores que incluyen: siderurgia, industria de alimentos, agronegocios, energía y construcción.
El comercio bilateral creció de u$s 7 mil millones en 2002 a casi 31 mil millones en 2008 (¡4,5 veces en 6 años!). Cabe resaltar la calidad y diversificación de ese intercambio, cuyo crecimiento es alimentado por la mayor demanda de bienes de consumo y bienes de capital en ambos países. La Argentina importa del Brasil un tercio de sus importaciones. En sentido inverso, la Argentina exporta para el Brasil un quinto de todas sus exportaciones. Los productos manufacturados constituyen el 95% de las exportaciones del Brasil hacia la Argentina y el 75% de las exportaciones de la Argentina hacia el Brasil. El sector automotor representa un tercio del intercambio bilateral. El Brasil ha absorbido, en los últimos años, el 60% de la producción de automóviles en la Argentina. En 2009, de cada 10 vehículos exportados por la Argentina, 9 se destinaron al mercado brasileño.
En 2009, el comercio bilateral sufrió el impacto adverso de la crisis internacional y cayó cerca del 24% como consecuencia de una reducción de la producción y de la demanda en ambos países y de la adopción de medidas restrictivas como la imposición de licencias no automáticas de importación. Los primeros tres meses del 2010 apuntan, sin embargo, a una recuperación anualizada del orden del 50%, lo que permite suponer que será superado este año el valor del intercambio alcanzado antes de la crisis.
Este es el marco general en que se desenvuelven las relaciones bilaterales.
Ambos países construyeron una sólida alianza estratégica y las dificultades puntuales, de naturaleza estrictamente comercial, reflejan la propia intensidad de la relación.
En una alianza estratégica, las diferencias deben ser tratadas con naturalidad. Lo importante es que encuentren un canal institucional para ser resueltas.
Lo que interesa a los dos Gobiernos es preservar la calidad política de la relación y trabajar para su profundización y aceleración. Para ello, lo importante es administrar con serenidad las dificultades coyunturales y momentáneas, sin desviarse de la dirección estratégica.
Mucho más que la fotografía de algún momento específico, lo que importa es el marco más amplio de los intereses a largo plazo, que apuntan a la necesidad de profundizar cada vez más el entendimiento político y la integración productiva entre ambos países.

12/4/10

MÁS ENTRADAS SOBRE SEGURIDAD

El acuerdo entre USA y Rusia está acaparando la atención de los medios masivos y especializados. Para conocer más sobre la nueva orientación en materia de política nuclear de USA, les acerco estos dos artículos:
THE ECONOMIST
America’s nuclear posture - Logic v politics. Barack Obama and Dmitry Medvedev sign a new strategic arms-reduction treaty in Prague
COUNCIL ON FOREIGN RELATIONS
Return of the Arms Control Era - Author: Charles A. Kupchan

9/4/10

DOS LECTURAS RECOMENDADAS

Les dejo los links a dos lecturas que recomendó Laura Agosta:
Petróleo y Pobreza en el Delta del Níger - Contra Relatos CLACSO
Human Rights and Multinationals: is there a problem? - Peter Muchlinsky (World Bank).

SEGURIDAD Y AMENAZAS

Como adelanto para la clase del lunes 12, les envío un par de artículos interesantes que ilustran diferentes aristas del concepto de seguridad.

Seguridad del Estado y de los ciudadanos en su dimensión de "fortaleza institucional": Golpe de Estado en Kyrgyzstan.

Seguridad internacional en su dimensión de "proliferación de armas de destrucción masiva": Acuerdo nuclear entre Rusia y USA. Y también otra nota.

Seguridad "¿cómo se define lo que consituye una amenaza?": El gran sesgo de la política exterior de USA. Y también Hardly Existential (un análisis del tipo de amenaza que plantea actualmente el terrorismo - un MUST READ para graficar el concepto de SECURITIZACION).

Seguridad - redefinición de la idea de "victoria" y cómo puede llevarse adelante una desocupación del territorio en Irak evitando una nueva escalada de violencia (conflictos intra-estatales que se convierten en amenazas a la seguridad internacional) - A substitute for Victory y Stay the Course of Withdrawal.

7/4/10

CLASE SOBRE SOCIEDAD CIVIL Y RSE

Hola a todos! Para los que tengan interés en volver a verlos, acá van los videos que Laura mostró en la clase de ayer para ilustrar el concepto de RSE y de cómo las ONG's inciden colocando temas en agenda, haciendo denuncias, lobby, etc.

Institucional del Programa DONCEL


Video institucional del programa Doncel. Se trata de un programa cuyo objetivo es brindar nuevas oportunidades laborales a jovenes de entre 17 y 21 años que estan en situacion de vulnerabilidad y que viven en hogar o institutos de Argentina. Mas Info en: http://www.amartya-ar.net/

Publicidad de DOVE

Video de concientización sobre el impacto de los medios y la publicidad en la percepción de belleza. Discusión del valor de la diversidad.

Videos de GREENPEACE para activistas



Video para motivar a los activistas y ciudadanía en general a contactarse con Dove y Nestlé para presionar a las empresas y que dejen de utilizar aceite de palma en sus productos.

5/4/10

El valor de la educación

Nada que ver con ninguno de los post anteriores... pero leí esta reflexión del filósofo argentino Tomás Abraham y sentí el impulso de compartirla con ustedes. Por favor, lean este artículo entero y luego el Lunes 12 (cuando nos volvemos a ver) me cuentan. Si quieren, también pueden dejar su opinión acá en el blog a través de los comentarios (de hecho, mejor así, de esa forma puedo tener una idea previa antes del 12 de como viene la "mano"). Gracias!

"ENSEÑANZA Y NUEVAS TECNOLOGÍAS

Hace más de un cuarto de siglo que soy profesor titular de filosofía del CBC de la Universidad de Buenos Aires. Coordino un grupo de docentes que se hace cargo de comisiones de alrededor de cien alumnos cada una. Los estudiantes vienen de la secundaria. Por razones que ya no importan, derivadas de arreglos políticos entre decanos de otras épocas, la mayoría de los estudiantes que cursan la materia, además de los aspirantes a estudiar filosofía y literatura, son ingresantes a las carreras de diseño y arquitectura (seguir leyendo)".