27/4/09

Ficha 10: proliferación de armamentos

1. Las armas, su proliferación y control

Cuando hablamos de proliferación de armamento como una amenaza a la seguridad global y de control de dicha proliferación (ya sea como limitación, desarme o contraproliferanción, términos que explicaremos más adelante), nos referimos al problema de los armamentos convencionales y no convencionales, las tecnologías para su desarrollo, los vehículos para su traslado y lanzamiento, y todas las cuestiones vinculadas a su comercio.

Cabe establecer una primera distinción entre armas convencionales y armas de destrucción masiva.

Las armas convencionales son difíciles de caracterizar con precisión porque comprenden desde equipamiento sumamente sofisticado (como los destructores y aviones de combate) hasta armas livianas (como rifles, pistolas, etc).
[1] Las Naciones Unidas califica de armas convencionales a “los dispositivos capaces de matar, inutilizar o causar daños a un blanco principal por medio de, pero no exclusivamente, materiales altamente explosivos, explosivos de combustible y aire (al contacto con el aire), energía cinética (propulsan proyectiles) o bombas incendiarias”.[2] Las armas convencionales son menos destructivas que las de destrucción masiva, pero mucho más accesibles (por costos y por regulaciones) y son las que se utilizan preferentemente en los conflictos armados que involucran a ejércitos regulares o son de tipo asimétrico.

Las armas de destrucción masiva comprenden dispositivos nucleares, químicos y biológicos susceptibles de causar daños a enorme escala a personas e infraestructuras. La comunidad internacional ha intentado durante largo tiempo limitar o prohibir la utilización y el desarrollo de estas armas, dado su potencial destructivo, y existen numerosos regímenes de control que analizaremos en la ficha.

En el caso de las armas de destrucción masiva (ADM) encontramos diferentes tipos de proliferación que amenazan la seguridad global. La proliferación vertical es la que se da entre los actores (Estados) que poseen arsenales de ADM y procuran incrementar la cantidad de armas o su poder destructivo. Un ejemplo de esto es la carrera armamentística que se dio entre USA y la URSS durante la Guerra Fría. La proliferación horizontal, por su parte, consiste en que nuevos actores (inicialmente se pensaba en otros Estados pero ahora también en actores no estatales como grupos terroristas) adquieran ADM por primera vez. Un ejemplo de proliferación horizontal sería el programa nuclear de Irán o Corea del Norte. Frente a la proliferación vertical, la comunidad internacional propone las limitaciones y el desarme (eliminación total de los arsenales existentes), mientras que para frenar la proliferación horizontal se habla de medidas de control y contraproliferación (uso de la fuerza preventivo para evitar la adquisición de ADM por actores que no las poseen).
[3]


2. Proliferación y control de armas convencionales
(Basado en Husbands y otros)

La proliferación de armas y tecnologías convencionales es una de las principales amenazas a la seguridad en el momento actual. Se estima que existen más de 600 millones de armas pequeñas y livianas en circulación, que fueron usadas en 47 de los 49 mayores conflictos ocurridos en los ’90 y que causan más de medio millón de muertes al año (entre conflictos, hechos delictivos y suicidios)
[4]. Además, con contadas excepciones (misiles balísticos y minas antipersonales) los gobiernos no se han propuesto controlarlas, muy por el contrario han desarrollado capacidades productivas y participado intensamente de su comercio.

Durante la Guerra Fría, la venta y transferencia de armas convencionales (acompañadas por asistencia técnica, capacitación y la instalación de bases militares) era una efectiva herramienta de política exterior de las superpotencias. De esta manera mantenían alianzas o tomaban partido en diferentes conflictos. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad fueron, durante todo el período, los principales proveedores de armas convencionales del mundo. A partir de la década del ’60, el principal consumidor de armas era el Medio Oriente.

Los acuerdos de venta de armas implicaron cierta transferencia de tecnología que derivó en que nuevos países desarrollaran capacidades productivas limitadas, entre ellos Alemania, Israel, Italia, España, Brasil, India y Corea del Sur.

Con el fin de la Guerra Fría, el panorama se modificó y las motivaciones económicas ganaron terreno frente a las políticas. El mercado se ha reducido si comparamos el volumen de transacciones actual con el de la Guerra Fría, pero continúa siendo atractivo tanto para gobiernos y empresas lícitas como también para el crimen organizado global. El 90% de las transacciones se produce con un grupo de 10 o 15 países en desarrollo: Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Egipto, Irán, Kuwait, India, Pakistán, China, Indonesia, Malasia. También se incluyen en este “top ten” países desarrollados como Israel, Corea del Sur y Singapur. Los principales proveedores continúan siendo los mismos que durante la Guerra Fría y, a partir de 2006, USA volvió a convertirse en el primer proveedor de armas a nivel global y en particular hacia los países en desarrollo.
[5]

La industria armamentística de USA y la ex URSS se encontró con que estaba sobredimensionada al culminar la Guerra Fría. Lo mismo pasó con los países de Europa Occidental. Cada complejo industrial adoptó diferentes estrategias: consolidación, desarrollo de tecnologías de uso civil y una feroz competencia por acceder a los mercados de exportación (países en desarrollo). La presión de los oferentes contribuyó a promover la proliferación.

En cuanto a los arsenales acumulados durante la Guerra Fría por los países de la OTAN y el Pacto de Varsovia, sin el prospecto de otra gran guerra convencional en ciernes, dejaron de tener sentido. Los gobiernos revendieron o transfirieron parte de este stock (a países como Grecia, Turquía, Corea del Sur), mientras que otra porción terminó siendo comercializada en el mercado negro (en particular los arsenales que estaban ubicados en la ex repúblicas soviéticas y países de Europa del Este que carecían de controles efectivos).

Esta relativa accesibilidad a las armas convencionales contribuyó a alimentar conflictos en países en desarrollo, con gran cantidad de víctimas civiles, generando situaciones de violencia endémica que imposibilitaban el desarrollo sostenible. Las armas convencionales son susceptibles de pasar de un conflicto a otro: los mismos rifles que usaron los soldados americanos en Vietnam luego se encontraron en Centro América y el Medio Oriente. No hace tanto (2007) se descubrió en nuestro país un caso de corrupción vinculado a la venta de fusiles de “desguace” de Fabricaciones Militares a una empresa con base en Connecticut, cuyo titular era un argentino que las revendía a través de Internet.
[6]

En cuanto al control de las armas convencionales, los más interesados hasta el momento han sido las coaliciones de ONG’s dedicadas a asuntos humanitarios, paz y seguridad. Algunas de estas coaliciones han promovido la prohibición de las minas antipersonales
[7], la restricción en el comercio de armas pequeñas (International Action Network on Small Arms, grupo de 500 ONG’s) y el proceso de Oslo orientado a la prohibición de las bombas de cluster (contenedores que llevan municiones más pequeñas, que al ser instaladas o arrojadas disparan las municiones cubriendo una superficie equivalente a 2 o 3 estadios de fútbol). A medida que el tráfico ilícito de armas se ha ido vinculando con otras formas de comercio ilícito (narcotráfico principalmente) y acciones terroristas, las agencias de seguridad gubernamentales también han comenzado a tomar cartas en el asunto (hay iniciativas regionales encaradas por la OEA y la UE, y las Naciones Unidas han tratado el tema a través del protocolo de control de armas de fuego correspondiente a la Convención contra el Crimen Organizado de año 2000). La ONU ha intentado infructuosamente instalar el tema (en 1995 la Asamblea General dictó la primer resolución, luego la Secretaría General elaboró dos informes a partir del trabajo de grupos de expertos, se realizó una conferencia sobre el tema en 2001 y se estableció un programa de acción). Pero sólo ha conseguido avances en el contexto de reconstrucción post-conflicto (se hace necesario eliminar las armas para garantizar la continuidad y el respeto al acuerdo de paz). Países como Canadá, Bélgica, Suecia y Noruega se han involucrado activamente en estas iniciativas, pero USA continúa siendo uno de los principales obstáculos para la adopción de decisiones de control ya que no apoya las prohibiciones ni regulaciones al comercio lícito o las transferencias (tener en cuenta su política doméstica respecto a la compra y portación de armas).

Existen dos regímenes de control vinculados al tema de las armas convencionales: el MTCR y el Acuerdo de Wasenaar (ver Anexo).

ESTUDIO DE CASO: África Subsahariana
[8]

La mayoría de los conflictos de la post Guerra Fría ocurridos en la región de África Subsahariana (con la excepción de la guerra entre Etiopía y Eritrea) han empleado casi exclusivamente armas livianas y pequeñas. El comercio de éstas, tanto lícito como ilícito, contribuye a la continuidad de los conflictos y dificulta la reconstrucción post conflicto.

Se calcula que en África circulan 30 millones de armas de fuego, un número considerablemente inferior a los 200 millones que hay en USA. Sin embargo, estos 30 millones (un 80% de los cuales está en manos de civiles) han tenido terribles efectos desestabilizadores y han perpetuado los ciclos de violencia que impiden la paz y el desarrollo, debido a la falta de eficacia de los controles fronterizos (las armas y los combatientes se reciclan, pasando por ejemplo de Liberia a Sierra Leona, Costa del Marfil y Guinea) y lo laxa de la legislación que regula las transferencias. Si bien en la región existen más de 30 empresas fabricantes de armas, la mayor parte continúa proviniendo de Sudáfrica (principal exportador en la región) y del comercio ilícito.

Los embargos de armas, aplicados tanto sobre países como grupos rebeldes, no han sido efectivos. Desde 1992 han existido 15 embargos para la región que no han logrado disminuir la disponibilidad de armas, por ejemplo en Liberia, Sierra Leona y Sudán. Los gobiernos nacionales suelen ser cómplices de las violaciones a estos embargos.

Las consecuencias negativas de la presencia de estas armas livianas son:
Muerte y mutilación de miles de civiles al año (destruyen la fuerza laboral y generan costos sociales para el Estado y las organizaciones internacional de desarrollo, tanto gubernamentales como no gubernamentales).
Permiten la existencia de ejércitos de niños-soldado (las armas pueden ser portadas por personas de corta edad), como en Sierra Leona o RDC.
Como las armas continúan en manos de civiles al finalizar los conflictos, pueden reavivarlos o dar paso a actividades criminales y delictivas (ante la falta de oportunidades económicas para los ex combatientes desmovilizados).
Promueven la inestabilidad y dificultan la construcción de procesos de paz.
Impiden la llegada de ayuda humanitaria, asistencia oficial al desarrollo e inversiones privadas (al continuar la inseguridad e inestabilidad, ni los gobiernos, ni las ONG’s ni las agencias oficiales o empresas privadas quieren aventurarse).
Promueven el establecimiento de una cultura de la violencia que dificulta la reconstrucción del país (soldados desmovilizados y jóvenes, sin oportunidades de inserción social y progreso, ven en las armas, el crimen y la posibilidad de convertirse en señores de la guerra una alternativa viable).
Países comprendidos por la región de África Subsahariana: son 42 países, 6 de los cuales son estados isleños (Madagascar, Seychelles, Comoros, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe). Se clasifica en las subregiones de África Central (RDC, República del Congo , República Centroafricana, Ruanda, Burundi, Chad, Camerún, Gabón, Guinea Ecuatorial), África Oriental (Kenia, Tanzania, Uganda, Djibouti, Eritrea, Etiopía, Somalia y Somaliland, Sudán), África Austral (Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Swazilandia, Zambia, Zimbabwe) y África Occidental (Benín, Burkina Faso, Camerún, Chad, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Liberia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Togo).
[9]


3. Proliferación y control de armas de destrucción masiva


La proliferación de ADM ha disminuido sustancialmente desde el final de la Guerra Fría, a pesar de la gran cantidad de estudios, declaraciones de políticos y notas periodísticas al respecto. Para las 3 vertientes de estas armas (nucleares, químicas y biológicas) existen regímenes de control establecidos que funcionan de manera relativamente exitosa. No obstante, subsiste el peligro de que estas armas caigan en manos de “Estados villanos” o actores no estatales (grupos terroristas) dispuestos a usarlas. Por otra parte, los regímenes de control existentes tienen que enfrentarse con la cuestión del cambio tecnológico (tecnologías de uso dual) y estratégico (surgimiento de nuevos Estados relevantes que aspiran a ser “acomodados” en los órganos de toma de decisión o a recibir un reconocimiento proporcional a su status).


3.1. Armas nucleares

A finales de la 2º Guerra Mundial el único país que poseía armas nucleares era USA. En 1949 la URSS hizo su primera detonación. Poco tiempo después, los restantes miembros permanentes del Consejo de Seguridad anunciaron su status nuclear. Hoy en día, pasados más de 60 años, apenas hay 8 países nucleares (los 5 mencionados, más India, Pakistán e Israel) más otros dos bajo sospecha (Corea del Norte e Irán, Irak ya quedó descartado pese a los antecedentes
[10]).

Estados Unidos: a pesar de haber finalizado la Guerra Fría, durante las 3 últimas administraciones de USA la estrategia nuclear seguía centrada en la preparación para un ataque masivo contra blancos rusos, combinando cabezas lanzadas desde tierra, aire y agua. USA posee el segundo mayor arsenal nuclear, con más de 5.500 armas de las cuales la mayoría es de tipo estratégico. Durante las dos presidencias de George Bush hijo, los planes para la defensa nuclear combinaban la identificación de 3 amenazas (Rusia, China y otras fuentes de proliferación como los “Estados villanos”) con el desarrollo de armas nucleares de bajo impacto (“miniatura”) que permitieran un uso real en caso de necesidad.
[11]
Rusia: mantiene los mayores arsenales nucleares (aproximadamente 3.400 armas estratégicas y más de 3.000 tácticas)[12] cuyo control es una de las principales preocupaciones de la comunidad internacional. Al desmembrarse la URSS y con la crisis económica que se sucedió, la capacidad de asegurar la inviolabilidad de las instalaciones, de mantener sus niveles de seguridad (necesarios para evitar desastres medioambientales o daños a la salud de la población)[13] y de solventar los gastos de personal se vio gravemente comprometida. Junto al tema de las “filtraciones” hacia el mercado ilícito (venta de componentes y materiales fisibles como el Plutonio 239 o el Uranio altamente enriquecido), también preocupa el mal funcionamiento de los sistemas (la CIA ha detectado que los sistemas de lanzamiento en ocasiones pasan a la modalidad de combate sin motivo aparente). Existen programas de cooperación bilaterales (USA-Rusia) para financiar el desmantelamiento de instalaciones nucleares y garantizar el control sobre los materiales fisibles.[14]
UK y Francia: combinados, poseen cerca de 500 armas nucleares de tipo estratégico.[15] Su estrategia consiste en mantener arsenales mínimos, debido al alto costo de mantenimiento y baja probabilidad de uso. El único incidente destacado fue la realización de pruebas nucleares por parte de Francia en 1995 y 1996, hecho que fue elevado ante la Corte Internacional de Justicia.
China: posee entre 250 y 350 armas nucleares, mitad estratégicas y mitad tácticas.
[16] A diferencia de Inglaterra y Francia, continúan desarrollando y modernizando sus capacidades (cantidad de armas nucleares, tecnología de transporte y de lanzamiento, submarinos). La capacidad de proliferación China puede ser interpretada como una amenaza (teniendo en cuenta el conflicto latente en Taiwán), así como también su disposición a comerciar con actores estatales “anti-sistema” o actores no estatales.[17]
Israel: se estima que posee entre 100 y 400 armas nucleares de tipo estratégico, aunque el gobierno nunca lo ha confirmado. Al respecto, los analistas realizan dos interpretaciones encontradas acerca de las implicancias del arsenal israelí: que ha contribuido a mantener bajo control los conflictos con los países árabes desde los años ’70 en adelante, y que alimenta la inestabilidad porque mantiene al gobierno israelí en una posición inflexible mientras que alienta a los países árabes a tratar de adquirir capacidades no convencionales (N, Q o B).[18]
India y Pakistán: poseen alrededor de 50 armas estratégicas cada uno, declaradas a partir de 1998 (cuando realizaron las primeras pruebas). India era considerado un país con capacidad nuclear desde 1974. Las detonaciones a finales de los ’90 deben interpretarse en dos niveles: como una demostrción mutua de sus capacidades en el contexto del conflicto de Cachemira y la competencia regional, y como una declaración ante el mundo de que no admitían el status quo conformado por el CTBT y el TNP (extendido indefinidamente). Si bien los países no cuentan con doctrinas o estrategias claras para la guerra nuclear en la región, la preocupación tiene que ver con la inestabilidad interna de Pakistán y la probabilidad de que coopere con “estados villanos” o con organizaciones terroristas o criminales. USA mantiene una relación ambivalente, ya que apoya a Pakistán (cooperan en la guerra contra el terrorismo) pero le ha conferido un status nuclear de facto a la India (en 2007, a través de una ley del Congreso, USA dispuso la cooperación nuclear pacífica reconociendo el status nuclear de India, revirtiendo así una política de varias décadas en la que se exigió que India desarmara su arsenal y se la marginó por su liderazgo del movimiento no alineado).[19]
Corea del Norte: desde 1994 existe preocupación de que esté desarrollando un programa nuclear (advertencias de la IAEA) pese a ser miembro del TNP hasta 2003. En 2006 desarrolló pruebas nucleares subterráneas, pese a estar involucrado en un proceso de negociaciones conocido como “The Six Party Talks” (incluyen a Corea del Sur, China, Rusia, Japón, USA y Corea de Norte. Los países asiáticos están preocupados por los efectos de una escalada del conflicto y el impacto económico de una oleada de refugiados). USA ha tratado de contener a Corea del Norte, manteniendo su compromiso con la región (defensa de Corea del Sur) y negociando acuerdos (inspecciones a instalaciones o congelamiento del programa nuclear) a cambio de asistencia económica. Varios analistas consideran que Corea del Norte utiliza sus supuestas capacidades (alrededor de 10 armas estratégicas) para “chantajear” a USA y conseguir insumos claves para la subsistencia del régimen (petróleo por ejemplo).[20]
Irán: se sospecha que tiene un programa de armamento nuclear encubierto, si bien no ha podido ser probado. USA promovía (en la administración Bush) un enfoque de sanciones y desmantelamiento total antes de sentarse a negociar, mientras que la UE proponía suspender las sanciones de la ONU si Irán ponía en suspenso sus actividades, para así sentarse a negociar.[21]


TNP o Tratado de No Proliferación Nuclear (1968-1970)
[22]

Ya desde 1946, la ONU comenzó a proponer la eliminación total de las armas nucleares, algo a lo que los países que ya las poseían no estaban dispuestos. En 1964, tras las detonaciones de China, los otros 4 Estados nucleares comenzaron a preocuparse por la proliferación horizontal y decidieron adoptar medidas diplomáticas y políticas. En 1965 el Comité de Desarme de la ONU propone adoptar un tratado respecto a la prevención de la proliferación, incorporando la preocupación por la proliferación vertical (que luego se discutió en otros ámbitos).

Prácticamente toda la comunidad internacional es parte del TNP (excepto Cuba, Israel, India, Pakistán, Corea del Norte y otros pequeños Estados irrelevantes) y, en 1995, se decidió prorrogarlo indefinidamente. El TNP congela un status quo de países nucleares (P-5) con derecho y países no nucleares (y sin derecho a adquirir capacidad), genera obligaciones diferenciales y crea incentivos para mantener el régimen en funcionamiento. Por una parte, los P-5 se comprometen a no usar las armas nucleares contra países no nucleares y a defenderlos en caso de ser atacados (garantías de seguridad positivas y negativas). Mientras que los países no nucleares se comprometen a no intentar desarrollar programas militares nucleares. Garantizados estos compromisos, se generan canales lícitos para la transferencia de tecnología nuclear de uso civil. Todas estas transferencias (materiales, tecnología, reactores, etc) deben realizarse bajo un régimen de salvaguardias y verificaciones a cargo del OIEA que establece las condiciones para el comercio nuclear. Existen dos regímenes informales de control nuclear que complementarían de alguna manera al TNP: el Comité Zangger y el Club de Londres (ver Anexo).

Algunos éxitos del TNP fueron:
- No se registran casos de transferencia de tecnología militar o armas nucleares de un P5 a un país no nuclear.
- En 1991, a raíz de una investigación del OIEA, se detectó que Irak (miembro del TNP) estaba desarrollando un programa nuclear de uso militar. El Consejo de Seguridad respaldó al TNP aplicándole sanciones a Irak.
- Con el desmembramiento de la URSS, las tres ex repúblicas que poseían capacidades nucleares (Bielorrusia, Ucrania y Kazajstán) renunciaron a su derecho (Protocolo de Lisboa al Tratado Start I) y suscribieron el TNP entre 1993-1994 (pese a lo cual se registró algo de tráfico ilícito y “fuga de cerebros”).
[23]


OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica)

Es parte de la ONU y aplica el sistema de salvaguardias a todas las instalaciones y actividades del ciclo nuclear. Todos los miembros del TNP deben firmar un acuerdo con el OIEA para llevar adelante las verificaciones (salvaguardias totales) y, en ciertos casos, el OIEA cuenta con programas de verficaciones ampliadas o especiales. En los primeros años de la década del ’90, el OIEA detectó más de 200 casos sospechosos de tráfico ilícito de materiales radioactivos. Tengamos en cuenta que no todos los casos de tráfico ilícito son responsabilidad de los Estados, ya que también se han dado casos en los que empresas privadas han transferido productos y tecnologías de doble uso guiadas meramente por un criterio comercial


CTBT o Comprehensive Test Ban Treaty (1996)

El CTBT es un tratado que prohibe toda clase de pruebas y explosiones nucleares (en cualquier ambiente y para cualquier propósito). Para la entrada en vigor del tratado es necesario que una serie de países con capacidades nucleares (militares o civiles) lo firme y lo ratifique. Aún faltan 9 de estos países, incluyendo a China y USA (Obama prometió en su campaña promover la ratificación por el Senado). USA realizó sus últimas pruebas en 1992.

Los antecedentes de este tratado se remontan a la Guerra Fría, cuando los países no alineados se oponían a las pruebas nucleares de USA y el tratado parcial de pruebas nucleares (1963) que prohibe las explosiones en atmósfera, espacio y submarinas (no fue ratificado por Francia ni China).

El texto del tratado prevé el establecimiento de un mecanismo de verificación y monitoreo bajo la responsabilidad de una nueva organización internacional (CTBTO). El sistema de verificación cuenta con cerca de 400 estaciones distribuidas en el mundo, muchas de las cuales ya están operativas.


Otros documentos y foros para el desarme nuclear
[24]

Los P-5, en particular USA y Rusia, no estaban dispuestos a discutir la reducción de sus arsenales tendiente al desarme en un foro dominado mayoritariamente por países no nucleares (como la Conferencia de Desarme de Ginebra o la de Revisión y Prórroga del TNP). Por eso, negociaron y adoptaron bilateralmente una serie de tratados aartir de los ’70 (las potencias mantuvieron una serie de negociaciones conocidas como “Strategic Arms Limitation Talks”). En 1986, en una reunión en Reykjavik, Reagan y Gorbachev anunciaron públicamente que trabajarían en forma conjunta en pos del desarme. En los ’90 fue el turno de los Strategic Arms Reduction Treaties I y II. El START I (1991) apuntaba a que cada potencia autolimitara la cantidad de misiles y cabezas nucleares que poseían. En el START II, los países aceptan la no utilización de los misiles intercontinentales de cabezas múltiples. Data de 1992, pero la Duma Rusa no lo ratificó. La demora –y eventual pérdida de relevancia del START II- tenía que ver con las discrepancias de USA y Rusia sobre el Tratado ABM (que prohibe los misiles antibalísticos / escudos antimisiles, que se utilizan como mecanismo de defensa frente a los misiles balísticos intercontinentales o los misiles balísticos disparados desde submarinos). Finalmente, en 2001-2002, START II fue reemplazado por el SORT (Tratado de Mscú), un tratado en el que cada parte acordaba recortar unilateralmente la cantidad de cabezas nucleares.

Una vez consolidada la CTBT, otra prioridad es trabajar en el documento de una Convención para la prohibición de materiales fisionables para la fabricación de armas nucleares o explosivos semejantes (abreviado: Convención cut off). Se propuso en 1997 pero aún no tuvo grandes avances. En principio, se acordó sacarlo del ámbito de la Conferencia de Desarme y trasladarlo a un grupo ad-hoc del TNP y que se aplicará únicamente sobre la producción futura y no sobre las reservas.

En algunas regiones del mundo se han firmado tratados para crear Zonas Libres de Armas Nucleares (África – Tratado de Pelindaba, América Latina – Tratado de Tlatelolco, Sudeste Asiático – Tratado de Bangkok, Asia Central – Tratado de Almaty)


Energía nuclear
[25]

El reciente debate en torno a la necesidad de reducir la dependencia energética del petróleo, puso sobre la mesa nuevas y viejas fuentes de energía. La alternativa nuclear, duramente criticada y descartada como opción después del desastre de Chernobyl (1986), está otra vez en alza. En Asia, China, India, Japón y Corea del Sur están desarrollando gran cantidad de reactores; mientras que en Medio Oriente Irán, Arabia Saudí, Egipto, Turquía y Jordania también.

Una serie de factores confluyen para darle nuevamente popularidad a la energía nuclear:
- El objetivo de USA de alcanzar la independencia energética.
- La necesidad de desarrollar fuentes energéticas que no contribuyan al calentamiento global.
- El desequilibrio entre crecimiento poblacional, crecimiento económico y reservas energéticas (petróleo básicamente).

Por otra parte, también presenta importantes desventajas:
- Los elevados costos de construir las plantas y adquirir los materiales fisibles.
- Las preocupaciones de seguridad (ambiental, sanitaria, etc).
- El riesgo de proliferación.
- La dificultad de almacenar y disponer de los residuos radiactivos.

Material recomendado:

El Global Governance Monitor del CFR provee una introducción multimedia e interactiva a la historia de la proliferación nuclear y de los regímenes de control y desarme.

El artículo de Graham Allison "Nuclear Disorder" y el de Charles Ferguson "The Long Road to Zero".

3.2. Armas químicas
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Las sustancias químicas utilizadas en la producción de armas susceptibles de causar daño al hombre y al medioambiente, son mucho más complejas de definir y controlar que las armas nucleares, ya que prima en ellas la doble finalidad (militar y civil). Cuando hablamos de armas químicas pensamos básicamente en emanaciones de gases, pero también en ataques sobre plantas o depósitos que liberen accidentalmente el gas, envenenamiento del agua potable, etc.

Veamos una clasificación de los gases tóxicos empleados en armamento (son lanzados en cabezas de misiles, fumigados desde tanques, disparados con aerosoles, rociados, etc):
Armas químicas débiles
- Gases lacrimógenos: por ejemplo el CN y el CS (menos tóxico). Una pequeña cantidad de CS puede provocar sensación de ardor en los ojos, lagrimeo abundante, dificultades para respirar, opresión en el pecho, náuseas, deseos de vomitar, secreción nasal y cierre involuntario de los párpados. Estos agentes no son mortales diseminados al aire libre, pero sí pueden serlo en ambientes cerrados. Se utilizan, por ejemplo, para desconcentrar manifestaciones.
- Gases vomitivos: uno de los más representativos es el DM. Sus efectos son similares a los del CS, pero más intensos y persistentes.
- Agentes urticantes: producen la sensación de haber sido flagelado con hojas de hortiga. Son más tóxicos que los anteriores.
- Gases incapacitantes: son gases físicos que dejan a la víctima temporalmente indefensa y psico-químicos que producen alucinaciones o furia maníaca. No actúan a través de la piel y por ello son más fáciles de evitar.
Armas químicas letales
- Agentes asfixiantes: sus efectos iniciales son semejantes a los gases antimanifestaciones y vomitivos, pero después de períodos de aparente recuperación aparecen los efectos mortales. Un ejemplo es el fosgeno (gas muy irritante, mezcla de cloro y óxido de carbono) que produce un encharcamiento de sangre en los alvéolos pulmonares, altera la difusión de oxígeno del pulmón a la sangre y como consecuencia la asfixia mortal. Otros son el cianuro de hidrógeno y el cloro.
- Gases vesicantes: producen pústulas dolorosas en la piel. El más conocido es el gas mostaza. Su inhalación produce efectos asfixiantes y el contacto con la piel ampollas, en los ojos ceguera. Es absorbido a través de la piel, por ello las mascaras antigas no son suficientes.
- Gases paralizantes / nerviosos: son los más tóxicos. Afectan los nervios que controlan los músculos e inhiben las enzimas orgánicas que eliminan las sustancias formadas por los impulsos nerviosos. Los gases llamados G son el GA (tabun), el GB (sarín) y el GD (soman). Cualquiera de ellos es capaz de causar la muerte con una sola inhalación. Los gases V, con una sola gota pequeña pueden matar fácilmente a un hombre. Estos gases se absorben a través de la piel, por lo que no bastan las máscaras.

Los efectos de los gases dependerán, no sólo de la cantidad de material usado, sino también de las condiciones climáticas y la concentración de la población. En líneas generales, sólo tienen un uso táctico (limitado).

El primer documento internacional que prohibió el uso de estos gases (asfixiantes, venenosos y similares) es el Protocolo de Ginebra de 1925. Anteriormente, en la 1º Guerra, se habían empleado profusamente. Numerosos países (Libia, Irak) están sospechados de poseer arsenales, aunque los únicos que lo han declarado abiertamente han sido USA, Rusia y Francia.

En 1992, tras una década de negociaciones, la Conferencia de Desarme aceptó el texto de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), que es el primer acuerdo de desarme negociado en el seno de un marco multilateral que prevé la eliminación de una categoría completa de ADM. La convención prohibe cualquier desarrollo, producción, adquisición, almacenamiento, transferencia y empleo de armas químicas. Clasifica a las sustancias en 3 listas, según grado de peligrosidad, y crea diferentes controles y limitaciones para cada lista. Exige que cada Estado Parte destruya las armas que posea, las instalaciones para su producción, que no transfiera sustancias de las listas a Estados que no sean miembros y a los que sí que lo haga bajo declaraciones de uso y garantía de no re-transferencia. Contiene disposiciones de verificación que afectan al sector militar y a la industria química civil, cuyo monitoreo combina la obligación de informar, inspecciones rutinarias sobre sitios declarados, inspecciones por denuncia, y colaboración para la armonización de políticas y prácticas; todo esto coordinado por la OPAQ (todas las decisiones se toman por mayoría, aunque para hacer una inspección por denuncia se necesita una mayoría de ¾. De 2002 en adelante, la OPAQ ha estado dirigida por un argentino, el embajador Rogelio Pfirter). La CAQ entró en vigor en 1997 y cuenta con más de 140 Estados parte. Israel y Corea del Norte son dos Estados que no son parte y pueden presentar cierto peligro de proliferación.

A partir de la entrada en vigor de la CAQ, 6 Estados parte declararon poseer armas químicas (USA, Rusia, India, Albania, Libia y un Estado no identificado) y se comprometieron a destruirlas. Los arsenales ascendían a 8,67 millones de componentes, como municiones y contenedores. Al momento se verificó la destrucción de casi el 50% de este arsenal.

En la actualidad, los temas que preocupan a la comunidad internacional respecto a la proliferación de estas armas son la versatilidad que dificulta el control en las exportaciones o transferencias, la adquisición de las sustancias por grupos terroristas (por ejemplo, el atentado producido con gas sarín en el subte de Tokyo) y la “fuga de cerebros” que se produce cuando algún país desmantela sus programas armamentísticos. Con relación a la CAQ, aún no se ha logrado crear un sistema internacional de vigilancia que permita clarificar diferencias en la información que proveen los Estados (la OPAQ sólo puede actuar ante denuncias). En tanto, Rusia ha experimentado problemas para cumplir con el cronograma de destrucción de arsenales por motivos económicos.


3.3. Armas biológicas
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Consisten en la utilización de microbios o agentes biológicos como armas, combinados con algún sistema de lanzamiento. En la mayoría de los casos (igual que con los agentes químicos), los agentes biológicos tienen doble finalidad que dificulta su control. Estas armas son microorganismos o virus que invaden el cuerpo, se multiplican y lo destruyen. Pueden ser usadas como armas estratégicas, para alcanzar a gran cantidad de personas a grandes distancias. Las hay del tipo contagioso (viruela) y no contagioso (antrax).

Estas armas son muy antiguas y, si bien muchos países han desarrollado programas o realizado experimentos, durante la segunda mitad del s. XX fueron cancelándolos debido al repudio generalizado que planteaba la comunidad internacional. Los países bajo sospecha son Irak (antes de la guerra se decía que poseía tularemia y antrax), Libia, Corea del Norte, Irán, Israel, Siria, India, Pakistán, China, Egipto y Sudán. Tanto Rusia como USA han manifestado haber cancelado sus programas, pese a retener cepas y muestras.

El régimen de control está fijado por la Convención de Armas Biológicas (CAB) de 1975, cuya eficacia es limitada ya que no cuenta con mecanismo alguno de verificación (hay un Protocolo, que establece listas de productos y sustancias, así como los lineamientos para comerciarlas; pero no entró en vigor). Las dificultades de definición generan preocupación en los países que temen intrusiones indebidas en sus industrias farmacéuticas. Por el momento, la CAB funciona a base de medidas de confianza (intercambio de información, consultas, reportes voluntarios de los países) y, en caso que surja alguna sospecha de proliferación, cabe realizar una denuncia al Consejo de Seguridad.

En la actualidad, los temas que preocupan a la comunidad internacional respecto a la proliferación de estas armas son la versatilidad que dificulta el control en las exportaciones o transferencias, el comercio ilícito de las cepas o agentes, su uso por organizaciones terroristas y la “fuga de cerebros” que se produce cuando algún país desmantela sus programas armamentísticos.


Tanto para el control de las armas químicas como de las biológicas, el régimen de control se ve complementado por las acciones informalmente coordinadas por el Grupo de Australia (ver Anexo).


Anexo – Regímenes de Control


MTCR - Missile Technology Control Regime
[28]

Es una asociación informal y voluntaria de países orientada a controlar un tipo especial de arma convencional avanzada: la tecnología de misiles balísticos. El MTCR fue creado en 1987 a instancias de los Estados Unidos y actualmente cuenta con 34 miembros (Argentina se sumó en 1993). El interés por controlar los misiles balísticos se debe a que no existe defensa efectiva contra ellos
[29], su velocidad es superior a la de otros vectores y maximiza el factor sorpresa (impide evacuaciones y otros sistemas de protección civil) y el tema tiene importantes repercusiones psicológicas y políticas.

El régimen, similar a otros regímenes de control de productores, se orienta al control de las exportaciones de misiles y tecnología misilística que sirva para propulsar ADM o armas convencionales de más de 500 kilogramos y con alcances superiores a los 300 km.

Cada miembro tiene una participación igualitaria y las decisiones se adoptan por consenso. El MTCR carece de estructura organizativa, se maneja a través de reuniones plenarias, otras reuniones y puntos focales en cada país (centraliza el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia).

Acciones del MTCR:
Coordinación de mecanismos nacionales de otorgamiento de licencias de exportación. No impone prohibiciones sino que busca evitar la proliferación de sistemas de lanzamiento o transporte de ADM. Es compatible con el desarrollo de programas aeroespaciales pacíficos.
Establecimiento de lineamientos comunes de exportación aplicables a una lista de ítems controlados (equipamiento, software y tecnología catalogados como de categoría I o II según sean de uso militar o uso dual). Cada país los aplica independientemente de acuerdo con su legislación nacional y sus intereses. Por ejemplo, antes de realizar una transferencia de un ítem contenido en la lista de control, los países miembros se comprometen a obtener determinadas garantías del país comprador.
Intercambio de información entre las partes acerca de operaciones realizadas y licencias otorgadas.
Cooperación con países que no pertenecen al régimen (pueden elegir adherir a los lineamientos y aplicarlos sin ser parte del MTCR).
Establecimiento del Código de Conducta de La Haya contra la proliferación de misiles balísticos. El código fue elaborado en consultas con países miembros y no miembros y en 2001 se propuso a nivel internacional. Actualmente 110 Estados lo han suscripto.

El MTCR ha recibido numerosas críticas: tener un doble estándar a la hora de conceder licencias, no haber sido efectivo para eliminar los programas domésticos de desarrollo misilístico de los países no miembros (sí logró contener programas como el Cóndor II, el de Sudáfrica y el de Europa del Este que dependían de transferencias de tecnología de países miembros del MTCR, pero no tuvo éxito en los casos de Irán, Corea del Norte e Irak), y causar tensiones entre los países proveedores y demandantes.

Acuerdo de Wassenaar
[30]

Este acuerdo, originado en 1995-96 en la localidad de Wasenaar en los Países Bajos, es la continuación del Comité Coordinador del Control de Exportaciones (COCOM) de la OTAN hacia el Pacto de Varsovia y China. No se trata de un régimen de control, sino de un mecanismo de intercambio de información y transparencia. Cada miembro decide sobre sus exportaciones y en el Acuerdo de Wasenaar no se toman decisiones para vetarlas. El Acuerdo tampoco establece un sistema de control contra determinados países, sino que los miembros se comprometen a intercambiar información sobre sus transferencias de armas convencionales y bienes de uso dual a países no miembros. Existe un plenario que se reúne anualmente y grupos de trabajo (General, de Expertos, de Licencias y Control).

Actualmente Wasenaar cuenta con 40 miembros (Argentina es parte), pero dos importante productores y exportadores –Brasil y China- se mantienen al margen. Cada miembro se compromete a intercambiar información y a garantizar, a través de sus políticas nacionales, que las exportaciones y transferencias no contribuyan al desarrollo o fortalecimiento de capacidades militares peligrosas en terceros Estados (“rogue” states, regiones en conflicto, Estados embargados, etc). Los intercambios de información son confidenciales. En particular los miembros del Acuerdo esperan que otros miembros les notifique cuando han negado licencias de exportación a determinados países (si bien los restantes miembros no están obligados a negarlas ellos también).

El Acuerdo creó lineamientos y listas de control de productos de exportación (software, tecnología, armas pequeñas, armas livianas, sistemas de defensa aérea portátiles, ítems de uso dual, municiones, tanques, vehículos de combate, helicópteros de ataque, barcos de guerra, misiles), pero cada país las aplica de acuerdo con sus políticas y procedimientos nacionales. Las listas se dividen en general, ítems sensibles e ítems altamente sensibles.

En 2001, los miembros de Wasenaar se comprometieron a prevenir que las organizaciones o individuos terroristas adquiriesen las armas o tecnologías bajo su control, y coordinaron un bloqueo de ventas al régimen talibán.


Comité Zangger o Comité de Exportadores Nucleares
[31]

Es un grupo informal creado en 1971 e integrado por países proveedores de energía o componentes nucleares, con el propósito de garantizar que la cooperación no derivara en proliferación. Su nombre deriva del coordinador de la serie de reuniones inciales, el profesor Claude Zangger de Suiza.

El quid de la cuestión era cómo implementar el art. III.2 del TNP
[32] de forma consistente. Para ello, en 1974 desarrollaron un listado de materiales sujetos a controles de exportación que se denomina “Trigger List”. El Comité se reune dos veces al año (en forma confidencial) para revisar y corregir esta lista. Cuando un miembro del Comité Zangger va a cooperar con un Estado No Nuclear que es o no miembro del TNP, y la cooperación versa sober algún ítem incluido en la lista, debe ejecutarse una salvaguardia antes de la transferencia: el Estado receptor debe garantizar el uso no militar, someterse a los controles del OIEA / IAEA y garantizar que –si transfiere a su vez esta tecnología- aplicará los mismos controles.

El Comité cuenta con 37 miembros, uno de los cuales es la Argentina.


Club de Londres o Grupo de Proveedores Nucleares
[33]

Es un grupo informal, creado en 1975, e integrado por 35 países proveedores de materiales, insumos, tecnología o energía nuclear. Sus actividades son complementarias a las del Comité Zangger y el TNP. El grupo se creó, luego de la explosión nuclear realizada por India en 1974, para controlar que las transferencias tecnológicas con fines pacíficos no tuvieran un desenlace bélico. Entre 1978 y 1991 el grupo no tuvo actividad.

El mandato del grupo es más amplio que el del Comité Zangger, ya que también incluye el control sobre tecnologías y elementos de uso dual, estándares de seguridad física. El grupo cuenta con dos documentos de Lineamientos para Exportaciones Nucleares (material nuclear, reactores, material no nuclear para reactores, equipamiento para reprocesar o enriquecer material nuclear o agua pesada, tecnologías asociadas) y Exportaciones de Materiales de Uso Dual (podrían contribuir a un ciclo nuclear o a la fabricación de armas, pero principalmente se usan en la industria). El armado de los documentos se realiza a través del intercambio de información y las decisiones finales se adoptan por consenso. Cada Estado implementa los lineamientos de acuerdo con su legislación nacional.

El Grupo cuenta con un plenario que puede decidir crear grupos de trabajo técnicos o mantener determinadas relaciones con ciertos países para promover su adhesión a los Lineamientos. El soporte para las reuniones lo brinda la embajada de Japón en Vienna. Argentina es miembro.


Grupo de Australia
[34]

En 1984, una misión especial de investigación enviada por el Secretario General de la ONU alertó acerca del empleo de armas químicas en la guerra Irán-Irak. En respuesta a esto, una serie de gobiernos adoptaron medidas para regular la exportación de diversas sustancias químicas utilizadas en la fabricación de armas. Se vio la necesidad de garantizar que las industrias no prestaran apoyo, voluntario o involuntario, a otros Estados en la adquisición o utilización de dichas armas. Como las medidas no eran uniformes y había lagunas que podían aprovecharse, Australia propuso en 1985 que los mismos países se reunieran para armonizar medidas y promover la cooperación. A partir de 1990, la evidencia de materiales de doble uso aplicados al desarrollo de armas biológicas, llevó a incluir estos temas en la agenda del grupo.

El Grupo Australia (GA) es el resultado de un acuerdo informal entre Estados (hoy son 38) para permitir que los países de exportación o transbordo minimicen el riesgo de contribuir a la proliferación de armas químicas y biológicas. El Grupo se reúne anualmente en París para analizar cómo hacer más efectivas en su conjunto las medidas reguladoras de la exportación adoptadas a nivel nacional por sus participantes, trabajando a través de mecanismos de consulta y armonización.

Los países participantes exigen permiso para la exportación de los productos contenidos en las “Listas Comunes de Control”:
recursos y equipos para la fabricación de sustancias químicas de doble uso, precursores, y tecnología conexa;
patógenos vegetales;
patógenos animales;
agentes biológicos;
equipos biológicos de doble uso.

En la práctica, las medidas constituyen acuerdos de seguimiento y control de las exportaciones: sólo se deniega el derecho a realizar determinada exportación cuando existen motivos concretos para pensar en un posible desvío a programas de armas químicas y biológicas.
Los participantes no contraen obligaciones jurídicamente vinculantes: la eficacia de la cooperación depende únicamente del compromiso con los objetivos de no proliferación y de la efectividad de las medidas que cada uno de los países adopte. Estas medidas deben ser razonablemente fáciles de aplicar, tener carácter práctico y no obstaculizar el comercio normal de materiales y equipos utilizados con fines legítimos.

Todos los Estados participantes en el Grupo Australia son Estados Parte en la CAQ y la CAB (incluyendo Argentina).

Las tareas del GA han recibido el firme apoyo de las industrias químicas y biológicas de todo el mundo.

Citas bibliográficas
[1] HUSBANDS, Jo (2005) “The Proliferation of Conventional Weapons and Technologies” en BROWN, Michael ed. (2005) Grave New World. Georgetown University Press. Washington D.C.
[2] UNITED NATIONS INSTITUTE FOR DISARMAMENT RESEARCH consultado en http://www.unidir.org/pdf/articles/pdf-art2336.pdf
[3] GARRIDO, Vicente (1999) La Agenda de las Negociaciones sobre No Proliferación y Desarme en Un estudio sobre el futuro de la no proliferación. Monografías del CESEDEN. Centro Superior de Estudios sobre la Defensa Nacional. Madrid.
[4] Oficina de Desarme de las Naciones Unidas.
[5] STOHL, Rachel (2007) United States Reemerges as Leading Arms Supplier to Developing World. Center for Defense Information. Basado en “Conventional Arms Transfers to Developing Nations 1998-2005” CRS Report for Congress preparado por Richard F Grimmett.
[6] LA NACION: “Armas: Garré admitió irregularidades”. 30 de Mayo de 2007.
[7] Las minas antipersonales estaban reguladas por la Convención de Prohibición o Restricción del Uso de ciertas Armas Convencionales Excesivamente Dañinas o con Efectos Indiscriminados (1983). En 1996 se reformó uno de sus protocolos para distinguir las minas anti tanques y anti personales y prohibir el uso de estas últimas. Durante los ’90, una coalición de ONG’s liderada por la ganadora del Premio Nobel de la Paz Jody Williams y apoyada por países como Canadá y Suecia promovió la prohibición del uso de estas minas y la destrucción de las existentes. La Convención de Ottawa se firmó en 1997 y entró en vigor 2 años después (cuenta con 160 miembros. USA sigue sin ser parte pero ha prometido adherir cuando encuentre una alternativa a este tipo de armas, especialmente en la zona de Corea, y también para las minas de uso dual). Como la Convención no estableció un mecanismo de verificación, la red de ONG’s que conformó la Campaña Internacional para Prohibir las Minas (ICBL) publica anualmente un reporte con el estado de la cuestión. El reporte indica que la cantidad de países productores ha declinado de 54 a menos de 15, que ya se han removido minas y destruido arsenales en más de 80 países signatarios, pero que aún no se ha avanzado lo suficiente en India, Pakistán, Belarús, Rusia, USA y China (con 110 millones de minas es el principal país poseedor de estas armas).
Para saber más sobre este tema, consultar:
http://www.apminebanconvention.org/ o WILLIAMS y GOOSE (2000) The International Campaign to Ban Landmines: toward a Mine Free World. Carnegie Endowment for Internacional Peace.
[8] STOHL, Rachel y MYERSCOUGH, Rhea (2007) Small Arms Continue to Inflict Damage in Sub-Saharan Africa. Center for Defense Information and Current History.
[9] Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81frica_subsahariana"
[10] Después de la primera Guerra del Golfo, inspectores de la ONU habían encontrado numerosas instalaciones para el desarrollo de ADM (nucleares y químicas, utilizadas estas últimas tanto en forma interna como en conflictos con Irán, Kuwait y Arabia) y misiles. Lo más preocupante era que Irak, al ser parte del TNP, pudo acceder a transferencias de tecnología y materiales de uso pacífico con los cuales desarrolló –en forma paralela e ilegal- un programa nuclear.
[11] CENTER FOR DEFENSE INFORMATION (CDI): The World’s Nuclear Arsenal. Updated April, 2007.
FINEL, Bernard et.al. (2005) “The Perils of Nuclear, Biological and Chemical Weapons” en BROWN, Michael ed. (2005) Grave New World. Georgetown University Press. Washington D.C.
[12] CDI, Op. Cit.
[13] Un estudio de la oficina de Accountability del gobierno norteamericano evaluó los resultados de un progrmaa de cooperación bilateral para mejorar la seguridad de las plantas rusas, cuya contraparte era el Departamento de Energía y concluyó que los riesgos continúan siendo considerables. ELLISON, Brian (2007) Room for improvement in Russian Nuclear Sites. Center for Defense Information.
[14] FINEL, Op. Cit.
[15] CDI, Op. Cit.
[16] Ibid.
[17] FINEL, Op. Cit.
[18] Ibid.
[19] Ibid. Y CARTER, Ashton (2006) “How Washington Learned to Stop Worrying and Love India’s Bomb” en Foreign Affairs July/August, y CARTER, Ashton (2006) “America’s New Strategic Partner?” en Foreign Affairs July/August.
[20] Ibid, CDI, Op. Cit., y ZISSIS, Carin (2007) The Six Party Talks on North Korea’s Nuclear Program. CFR.
[21] BEEHNER, Lionel (2007) Getting Iran to the Table. CFR.
[22] Basado en GARRIDO, Op. Cit.; GARRIDO, Vicente (1999) La Agenda de las Negociaciones sobre No Proliferación y Desarme en Un estudio sobre el futuro de la no proliferación. Monografías del CESEDEN. Centro Superior de Estudios sobre la Defensa Nacional. Madrid. Y http://www.un.org/Depts/dda/WMD/treaty/
[23] GARRIDO, Vicente (2000) “Armamento nuclear, químico y biológico” en Retos a la Seguridad en el Cambio de Siglo. Madrid. Ministerio de Defensa.
[24] GARRIDO, Vicente (1999) Op. Cit.
[25] TESLIK, Lee (2007) Fission for Answers. CFR. Para más información, consultar la página de World Nuclear Association (http://world-nuclear.org).
[26] GARRIDO (1999) Op. Cit. Y http://www.un.org/spanish/Depts/dda/cwc/index.htm
[27] GARRIDO (1999), Op. Cit. FINEL (2005).
[28] http://www.mtcr.info/english/index.html
[29] En 2002 USA abandonó el Tratado ABM (misiles antibalísticos) que había sido firmado durante la Guerra Fría. A partir de ese momento se reavivó el debate por el “escudo antimisiles” que comprende la instalación de radares y sistemas de defensa en distintos puntos del globo (Alaska, California, Polonia, República Checa). En un artículo de 2007 publicado por el Real Instituto Elcano, el analista Ivan Konovalov analiza la supuesta utilidad de estas defensas frente a ataques perpetrados contra USA desde territorio iraní, irakí, ruso o de Corea del Norte; descartando su efectividad en todos los casos.
[30] http://www.wassenaar.org/
[31] http://cns.miis.edu/pubs/ionp/iaea.htm; http://www.iaea.org/Publications/Documents/Infcircs/1997/inf539.shtml y http://www.zanggercommittee.org/Zangger/default.htm
[32] 1. Each non-nuclear-weapon State Party to the Treaty undertakes to accept safeguards, as set forth in an agreement to be negotiated and concluded with the International Atomic Energy Agency in accordance with the Statute of the International Atomic Energy Agency and the Agency’s safeguards system, for the exclusive purpose of verification of the fulfilment of its obligations assumed under this Treaty with a view to preventing diversion of nuclear energy from peaceful uses to nuclear weapons or other nuclear explosive devices. Procedures for the safeguards required by this Article shall be followed with respect to source or special fissionable material whether it is being produced, processed or used in any principal nuclear facility or is outside any such facility. The safeguards required by this Article shall be applied on all source or special fissionable material in all peaceful nuclear activities within the territory of such State, under its jurisdiction, or carried out under its control anywhere.
2. Each State Party to the Treaty undertakes not to provide: (a) source or special fissionable material, or (b) equipment or material especially designed or prepared for the processing, use or production of special fissionable material, to any non-nuclear-weapon State for peaceful purposes, unless the source or special fissionable material shall be subject to the safeguards required by this Article.
3. The safeguards required by this Article shall be implemented in a manner designed to comply with Article IV of this Treaty, and to avoid hampering the economic or technological development of the Parties or international co-operation in the field of peaceful nuclear activities, including the international exchange of nuclear material and equipment for the processing, use or production of nuclear material for peaceful purposes in accordance with the provisions of this Article and the principle of safeguarding set forth in the Preamble of the Treaty.
4. Non-nuclear-weapon States Party to the Treaty shall conclude agreements with the International Atomic Energy Agency to meet the requirements of this Article either individually or together with other States in accordance with the Statute of the International Atomic Energy Agency. Negotiation of such agreements shall commence within 180 days from the original entry into force of this Treaty. For States depositing their instruments of ratification or accession after the 180-day period, negotiation of such agreements shall commence not later than the date of such deposit. Such agreements shall enter into force not later than eighteen months after the date of initiation of negotiations.
[33] http://cns.miis.edu/pubs/ionp/iaea.htm; http://www.iaea.org/Publications/Documents/Infcircs/1997/inf539.shtml y http://www.nuclearsuppliersgroup.org/
[34] http://www.australiagroup.net/index_es.htm

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